La justicia holandesa condenó ayer a la multinacional Shell por no
evitar el sabotaje de sus oleoductos en el delta del Níger, que han
contaminado aguas, bancos de pesca y cultivos. Es la primera vez que una
petrolera es hallada culpable, en su propio país, de unos vertidos
atribuibles a una filial -Shell Nigeria- registrada fuera del territorio
nacional. El tribunal de distrito de Ámsterdam rechazó otras cuatro
demandas similares, interpuestas por sendos campesinos y pescadores
africanos de la zona afectada. La organización Milieudefensie, rama
holandesa de Amigos de la Tierra, les ayudó en 2008 a presentar el caso
ante los jueces y piensa apelar. “La región debe ser limpiada. Sigue
habiendo mucho petróleo”, dijo su portavoz, Geert Ritsema.
A pesar de todo, los ecologistas se mostraron satisfechos con el veredicto. En su opinión, ha sentado un precedente que permitirá denunciar a las grandes compañías petroleras por la contaminación derivada de sus operaciones en el extranjero. Por el contrario, Shell sostiene que la casa madre, domiciliada en Holanda, no ha sido castigada. Para demostrarlo cita el fallo mismo: “La corte rechaza la demanda contra la firma matriz, ya que, según las leyes nigerianas, no está obligada a prevenir que sus filiales contaminen a terceros”, dice el texto. El único campesino que ganó el caso será indemnizado “porque Shell pudo, y debió haber evitado que el sabotaje de sus conducciones derivara en un vertido”. Los afectados procedían de las poblaciones de Goi, Oruma e Ikot Ada Udo, en Ogoniland, corazón del delta nigeriano.
Con una producción cercana al millón de barriles diarios, Shell es la principal extractora de petróleo del país africano. El delta del Níger acoge a 31 millones de personas y es también una reserva natural. La multinacional angloholandesa se instaló allí entre 1953 y 1993. En 1995, el Gobierno militar ejecutó a Ken Saro Wiwa y a otros ocho activistas ecologistas contrarios a las perforaciones. En 2009, la casa holandesa pagó una compensación millonaria a las familias de los muertos para no ser acusada de complicidad y violación de los derechos humanos. Aunque los demandantes actuales citaron solo cuatro vertidos de crudo (entre 2004 y 2007), Naciones Unidas considera a todas las petroleras responsables de provocar un desastre medioambiental. Limpiar la región costaría cerca de mil millones de dólares y unos 25 años de trabajos, según los expertos de la ONU. Shell espera ahora la decisión de la justicia británica por una demanda sobre otro vertido en Nigeria.
A pesar de todo, los ecologistas se mostraron satisfechos con el veredicto. En su opinión, ha sentado un precedente que permitirá denunciar a las grandes compañías petroleras por la contaminación derivada de sus operaciones en el extranjero. Por el contrario, Shell sostiene que la casa madre, domiciliada en Holanda, no ha sido castigada. Para demostrarlo cita el fallo mismo: “La corte rechaza la demanda contra la firma matriz, ya que, según las leyes nigerianas, no está obligada a prevenir que sus filiales contaminen a terceros”, dice el texto. El único campesino que ganó el caso será indemnizado “porque Shell pudo, y debió haber evitado que el sabotaje de sus conducciones derivara en un vertido”. Los afectados procedían de las poblaciones de Goi, Oruma e Ikot Ada Udo, en Ogoniland, corazón del delta nigeriano.
Con una producción cercana al millón de barriles diarios, Shell es la principal extractora de petróleo del país africano. El delta del Níger acoge a 31 millones de personas y es también una reserva natural. La multinacional angloholandesa se instaló allí entre 1953 y 1993. En 1995, el Gobierno militar ejecutó a Ken Saro Wiwa y a otros ocho activistas ecologistas contrarios a las perforaciones. En 2009, la casa holandesa pagó una compensación millonaria a las familias de los muertos para no ser acusada de complicidad y violación de los derechos humanos. Aunque los demandantes actuales citaron solo cuatro vertidos de crudo (entre 2004 y 2007), Naciones Unidas considera a todas las petroleras responsables de provocar un desastre medioambiental. Limpiar la región costaría cerca de mil millones de dólares y unos 25 años de trabajos, según los expertos de la ONU. Shell espera ahora la decisión de la justicia británica por una demanda sobre otro vertido en Nigeria.
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