sábado, 31 de diciembre de 2011

Petroamazonas perforará en 2012 pozo antes concesionado a Petrobras


Ecuador iniciará en el segundo semestre de 2012 la perforación en el campo Apaika, que produciría hasta 20 mil  barriles de crudo por día y que está en un bloque amazónico que había sido concesionado en 1996 a Petrobras, informó la empresa pública Petroamazonas.


Ese campo, ubicado en el bloque 31 que la estatal brasileña desistió de explotarlo ante la posibilidad de enfrentar problemas ambientales y sociales por estar parcialmente en una zona selvática protegida, tiene reservas probadas por 40 millones de barriles, dijo el gerente de Petroamazonas, Oswaldo Madrid.
Añadió que la perforación en Apaika está prevista para el segundo semestre del año próximo y que el techo de producción bordeará entre 18 mil y 20 mil  barriles diarios  (b/d) , lo cual se espera alcanzar hacia finales de 2013.
El funcionario, citado por la agencia pública Andes, señaló que en una primera fase el desarrollo del campo demandará unos US$365 millones, de los cuales US$55 millones se invirtieron en 2011 y que para 2012 hay una asignación estatal de US$50 millones.
En octubre pasado, Madrid dijo que Quito espera iniciar en el primer semestre de 2013 la producción en el bloque 31, cuyo 30% está en el parque Yasuní y colinda con el proyecto ITT, conformado por los campos Ishpingo, Tambococha y Tiputini, con reservas de 846 millones de barriles de petróleo.
Ecuador propone no explotar el ITT a cambio de una compensación internacional de US$3 mil 600 millones en un lapso de 12 años, como un aporte contra el calentamiento global.   
Entre enero y octubre de 2011, Ecuador -el miembro más pequeño de la OPEP- extrajo unos 499.000 b/d de crudo, de los cuales un 72% correspondió a las empresas públicas Petroecuador y Petroamazonas.
La nación sudamericana exportó unos 309.000 b/d en ese período, que generaron 8.976,2 millones de dólares  (a un promedio de 95,420 dólares por barril) , según los datos más recientes del Banco Central de Quito.
Ecuador planea producir unos 188 millones de barriles el próximo año, con un promedio de 520.000 b/d. Las exportaciones se estiman en 133,3 millones de barriles, señaló el ministerio de Recursos Naturales No Renovables.

miércoles, 28 de diciembre de 2011

Pide a AECID que no financie proyectos de empresas que no respetan los Derechos Humanos

Puedes hacerlo aquí: http://actuable.es/peticiones/pide-aecid-no-financie-proyectos-empresas-no

Acción promovida por Emilio Casal
La Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo, AECID, ha concedido recientemente una subvención a la Fundación Repsol YPF del Ecuador por un monto total de 149.932 euros, para la ejecución de un proyecto en zona de influencia de la operación de Repsol YPF en la Amazonía ecuatoriana. (Resolución de 25 de noviembre, CAP 2º procedimiento, línea II.7)
Las actividades de Repsol en América Latina y, específicamente, en Ecuador, han sido ampliamente denunciadas por la sociedad civil a ambos lados del Atlántico por daños ambientales, sociales y violaciones de los derechos humanos de las comunidades y pueblos afectados. En Ecuador, Repsol opera el Bloque 16, ubicado sobre el territorio ancestral del pueblo waorani, afectando también a población kitchwa, gran parte del Parque Nacional Yasuní y el territorio intangible de los pueblos no contactados Tagaeri y Tagomenani. Repsol ejerce soberanía territorial sobre el Bloque 16, controlando la entrada y salida de personas, en clara violación de los derechos territoriales de los publos afectados. A pesar de la falta de información sobre la situación en el interior del Bloque, Repsol se ha visto obligada a reconocer el vertido de 14.000 barriles de crudo en 2008. Existen denuncias recurrentes sobre el aumento de enfermedades relacionadas con la actividad petrolera y daños hídricos y ambientales en la zona. El pueblo waorani, cuyos derechos han sido conculcados, está siendo sometido a un fuerte proceso de aculturación y pérdida de autonomía e identidad (Repsol administra la educación y la sanidad de las comundiades, por ejemplo).
Repsol se enorgullece de haber aprobado una “Política de relaciones con comunidades indígenas” que está muy por debajo de los estándares internacionales de derechos de los pueblos indígenas y que, además, no aplica en terreno. Di no con nuestros impuestos para que la AECID deje de financiar con dinero público destinado a Ayuda Oficial para el Desarrollo actividades de empresas que no respetan los estánderes internacionales sobre medio ambiente y derechos humanos.

AL FIRMAR LA PETICIÓN ESTARÁS ENVIANDO ESTA CARTA

DESTINATARIO: DIRECTOR DE LA AGENCIA ESPAÑOLA DE COOPERACIÓN INTERNACIONAL

Sr Francisco Moza Zapatero, Presidente de AECID,
Escribo para mostrar mi preocupación por la reciente concesión de una subvención a la Fundación Repsol YPF en Ecuador. Repsol incurre en prácticas contrarias a los derechos humanos internacionalmente reconocidos, así como los principios recogidos en la política de la cooperación española, el Plan Director y estrategias sectoriales tales como la Estrategia de la Cooperación Española con los Pueblos Indígenas.
Solicitamos que no se utilice el dinero público computado como Ayuda Oficial para el Desarrollo para financiar proyectos de empresas trasnacionales que, además de tener cuantiosos beneficios (más de 4.000 millones de euros en 2010), muestran poco respeto por las normas socio-ambientales y los derechos humanos internacionalmente reconocidos.
Confío en que AECID cumplirá con los compromisos asumidos por España internacionalmente.
Atentamente,
No con mis impuestos

lunes, 26 de diciembre de 2011

Perú: El Desembarco de la modernidad. La sombra de Repsol Ypf en Nuevo Mundo


Por  Marc Gavaldà /Alerta Amazónica (1)

El pasado 23 de agosto en Lima el Congreso peruano aprobó la histórica Ley de Consulta que obliga a una amplia y seria consulta a los pueblos indígenas antes de concesionar cualquier territorio a compañías extractivas. Esta anhelada norma pondría fin a una larga historia de malinterpretaciones, engaños y manejos en las “Consultas” que hasta ahora han realizado las compañías petroleras entre los pueblos amazónicos. Analizar los procesos consultivos que han habido hasta el momento, caracterizados por débiles sustentos en cuanto a información, participación y cumplimiento, arrojaría al Viceministerio de Interculturalidad – organismo fiscalizador del cumplimiento de la ley entrante – grandes pruebas de su validez y vigencia.
Sea como sea, en la Amazonía del Perú, existen lotes operativos que permiten a empresas como Repsol, Pluspetrol o Perenco, exportar gas y petróleo con un proceso de consentimiento débil de las comunidades que albergan tan lucrantes reservas. ¿Cómo se habían hasta el momento articulado los mecanismos de aceptación a las actividades hidrocarburíferas que invaden sus territorios? ¿Cómo afectan las compensaciones y ofertas de trabajo en la vida comunitaria? ¿ Qué futuro aguarda a los pueblos afectados?
Con estas y otras preguntas, ingresamos en julio de 2011 al lote 57 operado por Repsol-YPF desde hace 5 años. Este lote afecta comunidades matsiguengas, yines, amahuacas y kakintes, entre los ríos Urubamba y Tambo. Éstos últimos, aislados en la serranía a dos días de camino al primer puerto, lograron visibilizar recientemente su rechazo a las últimas maniobras de Repsol en sus territorios. (2)

Repsol en Nuevo Mundo

Pareciera que Repsol YPF logró comprar cada una de las voluntades en las personas más directamente afectadas por la privatización de tierras comunales. Al menos esa impresión se llevó el equipo de Alerta Amazónica en una corta estancia en la Comunidad Nativa de Nuevo Mundo, donde la petrolera construyó su campo base.
Esta comunidad matsiguenga forma parte de la organización CECONAMA. En su portal, esta organización anuncia que “La Amazonía sostiene una inmensa cantidad de recursos y oportunidades para los negocios, entre ellos hidrocarburos.”(3) ¿Una oportunidad para Nuevo Mundo?
Varias hectáreas de la comunidad han sido cercadas para acoger un campamento con depósitos de gas y combustibles líquidos, aeropuerto con vuelos regulares, helipuerto, puerto fluvial y decenas de casas para acoger cientos de trabajadores.
Ni siquiera el ruido ininterrumpido del generador, que llega a escucharse desde el interior de las aulas del centro escolar, ni el de los continuos despegues y aterrizajes de los helicópteros que transportan insumos y personal al nuevo Pozo Kinteroni I generan aparente disconformidad entre los entrevistados: “La empresa nos da chamba”- es un comentario usual en la comunidad de Nuevo Mundo.
Con todos sus techos de calamina, alumbrado público y numerosos edificios de cemento, esta comunidad se destaca entre las más intervenidas del Bajo Urubamba. “ Acá se junta la plata de las regalías del distrito de Echarate – agraciada por los millones de dólares procedente del Canon de Camisea- con el trabajo y compensaciones que ofrece la empresa” – nos advierte un comerciante en la entrada de Nuevo Mundo.
Entre las compensaciones, Repsol ha construido la oficina comunal, con radio y computadoras con servicio de internet y el único hospedaje de la comunidad. Su logotipo está estampado en cada pared de estas nuevas construcciones y fotos de las llamas del pozo Kinteroni adornan la sala de reuniones.
La existencia verificada de enormes bolsas de gas en el Lote 57 ha empujado a Repsol a iniciar un ambicioso proyecto de industrialización de la selva. Para este año, peinará la selva con un proyecto de sísmica D que afectará 2.360 Km2 de bosque de la Reserva Comunitaria Machiguenga, así como su área de amortiguamiento y la del Parque Nacional Otuqui. También proyecta la contrucción de 22 pozos más que se añadirán al pozo ya perforado Kinteroni I, y una conexión de gasoductos entre los pozos de los lotes 57, 56 y 88. (4)
En la bajada del puerto, un grupo de nativos incrusta piedritas a unos taludes de cemento. Es una obra financiada por el distrito. En el río sigue el permanente ir y venir de botes agitando las banderitas de las empresas que operan en el Urubamba: Repsol, Pluspetrol y Petrobras.
Alguno de ellos se detiene para recoger algún comunario, quien vestido con un chaleco salvavidas de la empresa, pasa inadvertido como uno más entre trabajadores de la compañía. Es un servicio que ofrece Pluspetrol a las comunidades, fruto de los acuerdos por compensación tras los derrames de 2005. “En las concesiones, el Estado se retira para ser sustituido por las petroleras” – aseguran técnicos de Ong ambientalistas en Lima. “Las petroleras aprovechan el vacío para posicionarse en el terreno.”

Alcoholizando el consenso

¿Pero el aparente desarrollo generado por Repsol-YPF en Nuevo Mundo, tiene algun impacto en la cultura? Visitación y Milagros, infermeras de la posta médica, asienten con la cabeza: “Casi todos los hombres trabajan para la empresa, pero la mitad del sueldo se va en trago”.
El equipo de Alerta Amazónica pasea por sus calles y confirma que las escenas de hombres tomando alrededor de una caja de cervezas se repite.
Por la tarde, encontramos uno de los primeros operarios uniformados con camisas y gorras de Repsol. Se ve de lejos que no son de la comunidad por su acento limeño y su académico lenguaje: son los relacionistas comunitarios. Ellos nos aclaran que son el único personal que puede pasear por la comunidad, así como los comunarios tampoco pueden ingresar en las tierras ahora parceladas para el campamento de Repsol. A la pregunta si la compañía ha favorecido el alcoholismo en la comunidad, Repsol nos responde que puertas adentro del campamento nadie puede tomar ni estar tomado. Otra cosa es cuando el comunario que trabaja para Repsol, cruza la puerta del campamento al finalizar su jornada. Ahí deja de ser trabajador, para convertirse en lo que realmente es, un comunario de Nuevo Mundo, pero con el bolsillo lleno de soles.
“Con los primeros sueldos, todo el mundo compró televisor y frigorífico, es una cuestión de estatus”- nos comenta un comerciante. “Pero después, con la poca práctica al ahorro, la aficción por la cerveza creció mucho”.

Más dinero no es menos desnutrición

Los hábitos alimentarios han cambiado. Poco a poco, la gente descuida sus chacras y compran productos industriales tales como gaseosas, galletas o fideos. La pesca tampoco está en su mejor momento, porque requiere más tiempo, para sacar pescado más chico. Una entrevista días más tarde, realizada a la ONG Prisma en la Comunidad Nativa de Camisea, nos corroboró esta paradoja: “Aunque gastan más dinero en comida, la desnutrición crónica está presente en la mitad de los niños de las comunidades. Porque una gaseosa llena la barriga pero no alimenta”. (5)
Esta institución realiza un programa financiado por la compañía Pluspetrol, operadora del mega-complejo Camisea. Sus objetivos son combatir la desnutrición crónica con actividades formativas dirigidas a las madres, niños y padres de famílias. Las abundantes estadísticas, muestran que en las 7 comunidades beneficiadas por el proyecto, la desnutrición crónica infantil afecta a uno de cada cuatro niños , mientras que la anemia afecta a 76,6%.

Con chamba pero sin pescado

A cinco años del aterrizaje de Repsol en el lote 57, se detectan rápidos cambios en la vida de la comunidad. Sus impactos ambientales, se irán visibilizando con los accidentes y derrames que inevitablemente ocurrirán en los 23 pozos que tiene proyectados. Eso vendrá después de los primeros años acaramelados por los sueldos y compensaciones.
Entonces, la transformación de las comunidades nativas en localidades petroleras, genera la paradoja del dinero que trae pobreza. Los hombres de la comunidad tienen trabajo y, por tanto, dinero. Pero no tienen tiempo para pescar ni para atender la chacra. Además, desde los derrames que generó la rotura del gasoducto de TGP en 2005, la fauna ictícola del río Urubamba, no se ha recuperado. También influirá el paso de 100 barcos diarios de diferentes petroleras, como se evidencia en los cuadernos de los puestos de control fluvial comunitario. Se necesita entonces más tiempo para sacar menos pescado, nos han informado en todas las comunidades ashaninkas y machigengas ribereñas consultadas.
Además, el dinero no garantiza el cuidado y alimentación de la familia, porque se han enquistado patrones de consumo y socialización en torno al alcohol.
Dejamos Nuevo Mundo, después de esperar dos días en la playa de la comunidad esperando un bote. Por fin llega un comerciante procedente de Ivochote, punta de carretera que comunica la selva con Quillabamba y Cuzco. Descarga 250 cajas de 12 botellas de cerveza. A su trajín se une el de varias mujeres que suben y bajan la cuesta al río transportando sacos con cascos de cerveza vacíos. Los arrojan a la arena formando una tremenda montaña de botellas.
“Cada semana hago este transporte y conmigo bajan tres más con la misma carga”- aclara el comerciante. Para una comunidad de 1000 personas, la mayoría niños y la mitad mujeres, salen unas estadísticas de consumo muy elevadas.
Abandonamos la comunidad mientras el ruido del chasquido de botellas se funde con el de los motores de barcos y helicópteros de la petrolera. Y nos preguntamos si los niños de esta comunidad serán dueños de su destino algún día, cuando la Ley de Consulta entre en vigor.

Notas:
(1) Proyecto de documental Alerta Amazónica: http://alertamazonica.wordpress.com
(2) “Kakintes suspenden diálogo con Repsol por “burlas” del MEM”: http://servindi.org/actualidad/49489
(3) “Oportunidades de Negocios” en http://ceconama.org/index4.html
(4) Repsol Perú, Estudio de Impacto Ambiental exploración sísmica 3D , perforación de pozos exploratorios y exploración sísmica 2D en el lote 57, 2010
(5) Alerta Amazónica, entrevista a PRISMA. Camisea, 19/07/2011

sábado, 24 de diciembre de 2011

Nigeria on alert as Shell announces worst oil spill in a decade

The oil company says up to 40,000 barrels of crude oil was spilled 75 miles off the coast of the Niger delta

Fuente: The Guardian, http://www.guardian.co.uk/environment/2011/dec/22/nigerian-shell-oil-spill?CMP=twt_gu
Oil spill
An oil spill on the shores of the Niger Delta swamps. Shell has said the recent oil spill is likely to be worst in a decade. Photograph: Pius Utomi Ekpei/AFP/Getty Images
Nigerian coastal and fishing communities were on Thursday put on alert after Shell admitted to an oil spill that is likely to be the worst in the area for a decade, according to government officials..
The company said up to 40,000 barrels of crude oil was spilled on Wednesday while it was transferred from a floating oil platform to a tanker 75 miles off the coast of the Niger delta.
All production from the Bonga field, which produces around 200,000 barrels a day, was last night suspended. "Early indications show that less than 40,000 barrels of oil have leaked in total. Spill response procedures have been initiated and emergency control and spill risk procedures are up and running," said Tony Okonedo, a Shell Nigeria spokesman.
Satellite pictures obtained by independent monitors Skytruth suggested that the spill was 70km-long and was spread over 923 square kilometers (356 sq miles).
But a leading Nigerian human rights group said Shell's figures about the quantity of oil spilled or the clean-up could not be relied on. "Shell says 40,000 barrels were spilled and production was shut but we do not trust them because past incidents show that the company consistently under-reports the amounts and impacts of its carelessness," said Nnimmo Bassey, head of Environmental Rights Action, based in Lagos.
"We are alerting fisher folks and coastal communities to be on the look out. It just adds to the list of Shell's environmental atrocities in the Niger delta."
The spill, one of the worst off the coast of Nigeria in 10 years, is particularly embarrassing for Shell, coming only four months after a major UN study said it could take Shell and other oil companies 30 years and $1bn to clean spills in Ogoniland, one small part of the oil-rich delta. The company also admitted responsibility in August for two major spills in the Bodo region of the delta that took place in 2008, but has yet to pay compensation.
Shell, which works in partnership with the Nigerian government in the delta, claims that 98% of all its oil spills are caused by vandalism, theft or sabotage by militants and only a minimal amount by deteriorating infrastructure. But this is disputed by communities.
Yesterday Shell said it had also closed a Gulf of Mexico deep drillingoperation after spilling 319 barrels of contaminated fluids.

viernes, 23 de diciembre de 2011

El peor desastre petrolero del mundo: Texaco en la amazonia Ecuatoriana


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Ecuador es actualmente el sitio de lo que expertos reconocen como el peor desastre petrolero del mundo, ahora llamado “el Chernobyl de la Amazonía,” por una contaminación desastrosa dejada por la transnacional Texaco (ahora Chevron). 

Desde el año 1964 hasta 1992, la compañía petrolera transnacional construyó y operó pozos y estaciones de producción petrolera en la región norte de Amazonía Ecuatoriana.  Cuando llegó Texaco a esta región, se le concedió un territorio de alrededor  de 1.500.000 hectáreas de selva pura donde vivían varias comunidades indígenas con sus costumbres ancestrales en armonía con la naturaleza. El peor desastre petrolero del mundo
Hoy en día, docenas de comunidades siguen sufriendo las consecuencias de la contaminación que ha afectado su salud, elevando sustancialmente las tasas de cáncer en la zona, los problemas reproductivos y defectos de nacimiento.  Varias comunidades indígenas de la zona han tenido que abandonar sus hogares tradicionales. 

Texaco contaminó una amplia zona del territorio nacional, botando desechos tóxicos y aguas de formación  (desechos de aguas del proceso de explotación petrolero) de  altamente toxicas en esteros y ríos además de la construcción de piscinas obsoletas y permeables que siguen contaminando las aguas subterráneas y la atmósfera. Estos ríos y esteros son utilizados por más de 30.000 personas como fuentes de agua de consumo, cocina, aseo personal, riego, y pesca. 
Durante la época en que operó Texaco en Ecuador, la transnacional decidió que, para maximizar sus ganancias, no utilizarían las técnicas ambientales estándares de la época que consiste en reinyectar al subsuelo las aguas de formación  y desechos tóxicos que suben durante el proceso de perforación.  En vez de hacer esta reinyección, Texaco desechó miles de millones de galones de agua de formación que contienen químicos tóxicos y carcinogénicos a la superficie.  La cantidad de crudo y desechos derramados en el medio ambiente ecuatoriano es 30 veces mayor a la cantidad vertida en el desastre del famoso tanquero Exxon Valdez en las costas de Alaska.
Después de más de 10 años en las cortes de Estados Unidos, en donde se decidió que la transnacional Chevron debía someterse a las cortes ecuatorianas, se inició el juicio en el Ecuador en Mayo del 2003 en la ciudad de Lago Agrio.  Los  demandantes incluyen colonos y cinco nacionalidades indígenas, Siona, Secoya, Cofán,  Huaorani y Kichwa del oriente divididas en 80 comunidades sumando más de 30.000 afectados.  Se exige la reparación de la zona la cual según expertos internacionales costaría alrededor de 6.000 millones de dólares.  Chevron sostiene que hizo una remediación en la zona afectada entre 1996 y 1998, remediación cuestionada por la contraloría.
Muestras de suelo y agua tomadas después de esta “remediación” presentan altos niveles de contaminación, demostrando así la fraudulenta limpieza realizada por Texaco.
 Lea más sobre Texaco en Ecuador en el sitio: http://www.texacotoxico.org/ 

jueves, 22 de diciembre de 2011

Chevron Texaco podría financiar la inicitiva Yasuní a cambio de la anulación de juicio

La petrolera Chevron-Texaco estaría interesada en llegar a un acuerdo con el Ecuador según el cual la empresa entrega el dinero que falta para completar el fondo de la iniciativa Yasuní-ITT, a cambio de que el Gobierno haga lo pertinente para que se abandone el multimillonario caso que colonos e indígenas le siguen a la petrolera por al menos 18 años por contaminación en la Amazonía.
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Para culminar con este acuerdo, Chevron-Texaco estaría negociando con una persona que es de su confianza: Ivonne Baki, quien es la secretaria ejecutiva de la iniciativa Yasuní-ITT.
Esta versión la trae el escritor y activista ambiental estadounidense Mitch Anderson en una columna suya publicada ayer en el portal Hufftington Post.
Anderson es además miembro de la ONG Amazon Watch que defiende la preservación de la selva amazónica.
Según el artículo, la Chevron tiene prácticamente perdido el juicio que le siguen ciudadanos ecuatorianos por contaminación y destrucción de la Amazonía y tarde o temprano deberá pagar USD 18 mil millones de dólares. Ante esto, la compañía se habría volcado en búsqueda de Ivonne Baki, a quien describen como una "longtime government insider" o persona de confianza del Gobierno.
El articulista sostiene que el fondo tiene supuestamente USD 70 millones y que para alcanzar a la meta de los USD 100 millones faltan USD 30 millones que vendrían de una donación particular que podría ser la Chevron-Texaco.
Este es el razonamiento de Anderson: "Baki le dijo al Financial Times el 28 de noviembre que las donaciones para la iniciativa están en los USD 70 millones de los cuales USD 35 millones provienen del canje de deuda con Italia. Ahí Baki dijo, según el articulista, que "creo que en el próximo mes vamos a tener más de USD 100 millones".
Aunque el fideicomiso administrado por las Naciones Unidas tiene actualmente unos magros USD 2 millones, Baki le ha dicho al Miami Herald y varios diarios en español el 5 de diciembre que la meta de los USD 100 millones ya se logró, afirmando que el llamado al sector privado ha sido efectivo.
Otro artículo describe a estas donaciones anónimas están llegando “como cascada". El presidente Rafael Correa tiene que hacer el anuncio la víspera del plazo que se cumple este 31 de diciembre.
¿Si uno le toma la palabra a Baki de que ya hay USD 70 millones, aunque no físicamente en el banco, de dónde llegarán los faltantes USD 30 millones en una semana?, se pregunta el autor.
Fuentes cercanas al proyecto han confirmado, dice Anderson sobre la base de informaciones de Amazon Watch, que han habido reuniones entre Baki y Chevron para tratar la posible "donación" a la iniciativa Yasuní. Estas versiones dicen que Chevron ha autorizado a Baki a proponer la idea de una "donación" de USD 500 millones a cambio de la anulación del caso.
El autor dice que si bien esto no es barato, para la Chevron constituye  una "gota en el balde" si se compara con los USD 18 mil millones que tendría que pagar si pierde el juicio.
¿Suena descabellado?, se pregunta Anderson. Un cable de abril de 2008 publicado por Wikileaks entre la Embajadora en Quito y el Departamento de Estado muestra que Chevron ha estado planeando algo así desde hace años.
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"Mientras, Chevron ha comenzado de forma discreta a indagar a funcionarios del gobierno ecuatoriano si pudieran implementar una serie de proyectos sociales en la zona de concesión a cambio del apoyo del Gobierno para acabar el juicio, pero ahora que el peritaje ha establecido una suma gigantesca para remediar el daño, podría ser muy difícil para el Gobierno tomar ese camino, aún si tuviera la capacidad de dar por cerrado el caso", dice el cable citado.
Anderson cita algunos hechos que demuestran que Baki ha simpatizado con la causa de la Chevron.
1.- En 1998 como Embajadora del Ecuador bajo el gobierno de derecha de Jamil Mahuad, Baki firmó una carta oficial a un juez federal de Nueva York buscando el desestimiento del juicio ambiental contra la Chevron.
2.- Durante el 2004, Baki, entonces ministra de Comercio, organizó y participó en varias reuniones entre funcionarios de la Chevron y altos funcionarios del gobierno del Ecuador incluyendo al Fiscal de la Nación.
3.- En el 2008, Baki como presidenta del Parlamento Andino, organizó y participó en una reunión entre la Chevron y Gustavo Larrea, ministro coordinador de Seguridad Interna y Externa. Este contacto sirvió para varias otras reuniones entre Larrea y la Chevron en Ecuador y Washington.
4.- Baki también ha sido muy activa haciendo esfuerzos para que los EE.UU. no supriman las preferencias arancelarias al Ecuador como represalia por el juicio.
La nota trae también una reacción de Esperanza Martínez, fundadora de Acción Ecológica. Martínez afirma que esta supuesta donación no solo que es incorrecta sino que está en contra de la esencia misma de la iniciativa.

miércoles, 21 de diciembre de 2011

La Ampliación de la Frontera Petrolera: Consecuencias Territoriales

Concesiones en la actualidad, y concesiones que plantea la nueva ampliación petrolera.


Fuente: Alerta Verde 163 de Acción Ecológica (artículo anterior de este blog)

lunes, 19 de diciembre de 2011

Ampliación Petrolera, Traición al Sumak Kawsay

Fuente: Acción Ecológica, http://www.accionecologica.org/component/content/article/1529-alerta-verde-n-163-ampliacion-de-la-frontera-petrolera-traicion-al-sumak-kawsay

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Las políticas petroleras aplicadas en el Ecuador desde que inició la explotación de este recurso en la década de los 70 han tenido varios comportamientos dependiendo de la tendencia política que ha predominado en los sucesivos gobiernos que han asumido el poder. Así tenemos que en la década de los 70, las diferentes dictaduras militares que gobernaban en esa época se caracterizaron por aplicar políticas nacionalistas en el tema hidrocarburífero, ejemplo de esto es la creación de CEPE (Corporación Estatal Petrolera Ecuatoriana) la cual, en el principal contrato de esa época, el contrato con la empresa estadounidense Texaco, el Estado ecuatoriano tenía la mayoría de acciones y por lo tanto la mayoría de las utilidades le correspondían al país dueño del recurso.

domingo, 18 de diciembre de 2011

Cuenta atrás para salvar la selva

El Parque Nacional Yasuní, en la Amazonia ecuatoriana, es uno de los lugares más biodiversos del planeta. Pero su subsuelo esconde 846 millones de barriles de petróleo por valor superior a 7.000 millones de dólares. En 2007 el presidente Rafael Correa ofreció dejar el petróleo bajo tierra si la comunidad internacional compensaba a Ecuador con una donación de 3.600 millones de dólares en 13 años. Si el 31 de diciembre de este año la iniciativa Yasuní ITT no ha recaudado como mínimo 100 millones de dólares, se pondrá en marcha el Plan B: empezar a construir carreteras y extraer petróleo de la selva amazónica del Yasuní. Desde septiembre el fondo Yasuní administrado por las Naciones Unidas acepta donaciones de particulares e instituciones privadas con el objetivo de alcanzar el compromiso que los gobiernos no han sabido establecer.
En el avión de Quito dirección a Coca, en el Amazonas ecuatoriano, no hay un único turista. La nave está repleta de hombres de mediana edad y facciones andinas. Son trabajadores de la industria petrolera que pasarán 14 días seguidos en los campos petroleros, y regresarán a sus ciudades para descansar durante una semana antes de empezar un nuevo turno. Preguntas al quiteño que sienta a tu lado y responde: “Cobramos bien, pero a ninguno nos gusta que exploten la selva. Muy pocos están a favor de que se amplíen las perforaciones a la reserva del Yasuní”.
Sales del diminuto aeropuerto de Coca, coges un taxi, y le pides que antes de llevarte a Pompeya para cruzar el río Napo te de un paseo por la ciudad. Te estremeces cuando entre tanto bullicio, tiendas, mercados y alojamientos de aspecto decadente, el conductor te dice: “Hace 40 años en Coca sólo había dos casas. Todo esto era selva”. Paras en uno de los varios locales de alterne que existen en los alrededores de Coca, y una prostituta de origen colombiano te explica: “Todos nuestros clientes están relacionados con el mundo del petróleo. Yo vine aquí porque había trabajo. Ahora lo ves vacío pero al anochecer esto está llenísimo”.


La selva en Yasuní / PERE ESTUPINYÁ
No es lo que más te sorprende. Sigues tu camino en dirección a Pompeya y durante las dos horas que dura el trayecto no dejas de ver en ningún momento oleoductos oxidados al margen de una carretera ancha, bien asfaltada, y en la que continuamente vas cruzando maquinaria pesada. Cada pocos minutos distingues un pozo de extracción ya cerrado, otro en el que están trabajando, o llamas de gases quemando en medio del bosque en las torres de las plantas petrolíferas. Y el conductor insiste: “hace nada todo esto era selva. Y las extracciones no paran de avanzar”.
Tú sabes además que no era una selva cualquiera, sino uno de los espacios más megadiversos del mundo. Según David Romo, codirector de la Estación de Biodiversidad Tiputini: “Sin lugar a dudas es el más biodiverso del planeta al menos en lo que se refiere a insectos, anfibios, aves, peces y plantas”.
Los científicos creen que la desbordante diversidad de plantas y animales del Yasuní podría deberse a que fue el área del Amazonas más resguardada durante la última edad del hielo, convirtiéndose en un espacio de migración de especies que constituyeron el hervidero de vida que ahora está amenazado. En una hectárea de bosque de Yasuní hay más especies de árboles que en toda Norteamérica juntos. Y ocupa de los primeros lugares del mundo en diversidad de aves, anfibios, y grupos de vertebrados que durante millones de años han sobrevivido a cambios climáticos y todo tipo de fenómenos naturales. Justo ahora están en peligro.
Ante el balance entre ingresos económicos y preservación, el conductor del taxi te da la misma respuesta que el 83% de ecuatorianos en la encuesta más reciente: “Respaldamos la iniciativa Yasuní ITT. Preferimos dejar el petróleo bajo Tierra”. Por eso sorprende que el pasado mayo el presidente Correa realizara una consulta popular sobre aspectos como plazos de prisión preventiva, prohibición de casinos o de espectáculos donde se maten animales, regulación de contenidos televisivos, pero sin ninguna referencia al futuro del Yasuní. Algunos interpretaron esta decisión como un signo de que el verdadero objetivo del gobierno ecuatoriano es extraer el petróleo de la zona pudiendo responsabilizar a la comunidad internacional de no haber apoyado el proyecto. Según Ivonne Baki, jefa de la comisión negociadora de la iniciativa Yasuní ITT, cuyo objetivo es recolectar la mitad de los 7.200 millones netos que la población ecuatoriana ingresaría por la extracción del petróleo: “No era el momento de incluir la pregunta. Estábamos negociando nuevas estrategias con las Naciones Unidas. El asunto es demasiado importante para diluirlo. Si algún día debemos consultar a los ciudadanos haremos un referéndum específico”.


Peligro: oleoducto. / PERE ESTUPINYÁ
Muchos grupos ambientalistas sienten reticencia por la proximidad de la nueva directiva de la iniciativa Yasuní ITT con el gobierno. Hay una sensación generalizada de que los planes de explotación ya están diseñados, y que a medio plazo el plan B será inevitable. Ivonne Baki lo niega rotundamente: “¿Por qué pediríamos entonces la cantidad simbólica de 100 millones de dólares de aquí a final de año? Si Correa quisiera que la iniciativa fracasara hubiera exigido una cifra mucho más alta y difícil de alcanzar”.
Llegas a Pompeya y distingues una especie de paradas de mercado vacías. Es donde cada sábado se celebra el mercado de animales silvestres. Pecarís, guantas pero también monos lanudos, monos araña, tortugas, reptiles, aves y todo tipo de especies protegidas son cazadas por los indígenas Huaoranis y vendidos a particulares y restaurantes que deseen ofrecer platos exóticos a sus descuidados comensales. Es una actividad prohibida y de sobra conocida por las autoridades locales, pero que se continúa realizando sin oposición debido al profundo dilema ético que encarna: Con qué argumentos morales se puede permitir que las petroleras perforen la selva, contaminen hábitats con sus escapes, construyan carreteras para mover sus maquinarias, y prohibir a los Huaorani utilizar dichas carreteras para explotar también unas tierras que siempre han sido suyas.
Las carreteras son el gran problema de la selva. Fragmentan espacios, reducen ecosistemas, y facilitan la colonización de humanos. Los Huaoranis han cazado animales desde siempre, pero de una manera sostenible para su propia alimentación. Ahora tienen la opción de desplegarse y cazar en exceso para vender por pocos dólares unos animales cuyo valor natural y económico a medio plazo es infinitamente mayor del que ellos pueden imaginar.


Insectos en Yasuní. / PERE ESTUPINYÁ
Cruzas en lancha el río Napo, presentas tu documentación en el registro de entrada al Bloque 16 licitado a Repsol-YPF, y montas en una furgoneta junto a siete trabajadores que te llevará hacia la Estación Científica Yasuní de la Universidad Católica. Allí hablas con neurocientíficos de EEUU que investigan el croar de las ranas, e investigadores ecuatorianos que ponen cámaras ocultas en el interior de la selva para censar ocelotes, osos hormigueros gigantes, armadillos, tapires, tortugas, monos, infinidad de pájaros, o felinos como el puma y el jaguar. Te explican que según sus estudios las poblaciones de grandes felinos se están reduciendo drásticamente.
Te embarcas en una pequeña canoa motorizada que te llevará durante dos horas y media por el río Tiputini hasta tu destino final: la Estación de Biodiversidad Tiputini de la Universidad San Francisco de Quito. Situada en lo más recóndito de la selva, lejos de cualquier carretera, sin siquiera población indígena cercana, y por descontado ni un único turista, es el lugar ideal para estudiar ecosistemas y fauna cuya influencia humana ha sido inexistente. Es un verdadero paraíso natural. El estadounidense Kelly Swing, fundador y director científico de la estación Tiputini, te explica que a algunas horas a pie existen todavía comunidades de indígenas no contactados en aislamiento voluntario, que la concentración de especies vegetales es posiblemente la mayor del mundo, que cada mes se catalogan especies nuevas de insectos, reptiles o anfibios, que la bioprospección de productos naturales puede generar grandes beneficios, y que se siente muy preocupado por el futuro de este santuario natural: “Si sale adelante el plan B y empiezan a construir carreteras todo está perdido. Esta zona en concreto no entra en los planes de explotación, pero los efectos que notaríamos serían gravísimos”. Para Kelly Swing, la explotación del Yasuní sería un desastre medioambiental a escala mundial, de consecuencias mucho peores que accidentes como el vertido del golfo de México. Con la salvedad que evitarlo es una decisión política.


El investigador Kelly Swing en el río Tiputini / PERE ESTUPINYÁ
Para proteger Yasuní en 2007 se propuso la iniciativa Yasuní ITT (por los cuadrantes de exploración petrolera Ishpingo, Tiputini y Tambococha). El planteamiento es muy directo: Ecuador no es un país rico y su población tiene necesidades fundamentales que podrían verse aliviadas con los más de 7.200 millones de dólares que el gobierno obtendría si explotara el parque. Ecuador asume su compromiso en preservar la riqueza natural de la zona. Pero si la biodiversidad es un bien universal, entonces todo el mundo debe ser partícipe de este esfuerzo. Para no explotar el petróleo de Yasuní Ecuador solicita una donación de la comunidad internacional de 3.600 millones de dólares en el plazo de 13 años. De esta manera el petróleo quedará bajo tierra y se salvará la biodiversidad de Yasuní. Cuando la iniciativa fue presentada en 2007, resultó tan novedosa que algunos la calificaron de pionera y otros la observaron con recelo. Tras una buena acogida y promesas de algunos gobiernos como Alemania o España, el plan empezó a tambalearse. Hubo críticas internas que desencadenaron un cambio de junta directiva. Países como Alemania retiraron su apoyo argumentando que el gobierno de Rafael Correa no explicaba en qué se gastaría el dinero ni ofrecía garantías de que el petróleo no sería explotado más adelante en caso de cambios políticos. El presidente Correa esgrimía un tono amenazante que alejaba a los negociadores internacionales. Y se llegó al ultimátum: si a finales de 2011 la Iniciativa Yasuní ITT no había recolectado la cifra de 100 millones de dólares, se daría paso al plan B: la concesión de permisos para explotar Yasuní.
Antes de verano del 2011 la sensación general era de pesimismo y desconfianza. No se percibía una verdadera voluntad de alcanzar el acuerdo por parte del gobierno ecuatoriano, y los rumores eran que las concesiones ya habían sido pactadas. Se explotaría Yasuní y Correa podría acusar a la falta de apoyo de la comunidad internacional. Ivonne Baki replica de nuevo: “Otra evidencia del compromiso de nuestro presidente es el cambio de estrategia planteado este verano con la ONU, que nos permitirá alcanzar la cifra de los 100 millones de dólares”. El cambio de estrategia se refiere a que el pasado Junio la ONU auspició un directorio que acepta donaciones individuales, instituciones, fuentes privadas y de gobiernos regionales además de centrales. Además, el fideicomiso es muy claro en su exposición: el dinero sólo se podrá utilizar para apoyar a la conservación y manejo de las áreas protegidas del Ecuador continental, programas de desarrollo sustentable con las comunidades indígenas, recuperación de las cuencas hidrográficas, restauración ecológica y cambio de la matriz energética del Ecuador hacia energía limpias.


Atardece en la selva. / PERE ESTUPINYÁ
Gracias a este nuevo enfoque, en estos momentos la cantidad recolectada se acerca a los 80 millones de dólares, y todo parece indicar que este primer peldaño se va a superar. No será el fin de la historia. El futuro del Yasuní continuará incierto durante tiempo, pendiente de donaciones tanto privadas como de gobiernos y organismos multilaterales. Pero también en última instancia en manos del gobierno del presidente Correa. Ecuador es un país pequeño pero de una riqueza natural abrumadora. Con espacios tan diversos como los glaciares andinos, la selva amazónica y las islas galápagos, Ecuador dispone de un patrimonio que a medio plazo debería ser incluso económicamente más rentable que todo el petróleo extraído del Yasuní. Si dependiera de la voluntad de la mayoría del pueblo ecuatoriano, sin duda el petróleo se quedaría bajo tierra.

viernes, 16 de diciembre de 2011

Los “mercados cautivos” de Repsol YPF en Latinoamérica

La compañía petrolera está impulsando un plan de extracción de hidrocarburos que afecta a varios países latinoamericanos, donde ya tiene proyectos.

MARC GAVALDÀ / TARRAGONA (ALERTAMAZONICA.WORDPRESS.COM)
MIÉRCOLES 7 DE DICIEMBRE DE 2011.  NÚMERO 162  NÚMERO 163

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Desde los años ’90, Repsol ha encontrado el apoyo de los diferentes gobiernos para sus inversiones. En la imagen, Antoni Brufau (Repsol) con el recientemente fallecido Nestor Kirchner.
En el último lustro la estampa de Antoni Brufau, presidente de Repsol-YPF, abrazado a presidentes de diferentes países de América Latina, se ha hecho familiar. No en vano, la compañía petrolera ha apostado millonarias inversiones en la exploración de nuevas áreas y el desarrollo de campos productivos. Otra estrategia ha sido formar sociedades mixtas con las empresas nacionales, para conseguir áreas prioritarias y superar las resistencias gubernamentales. De este modo, los países productores, que a la vez son consumidores, abren sus puertas a la compañía, entregando unos combustibles para que la compañía los exporte, o los venda al propio país con un gran margen de ganancias. Mientras la compañía anuncia en las bolsas sus fabulosos hallazgos en zonas no tradicionales, los habitantes de estas regiones sufren los daños ambientales del avance de la frontera extractiva.
BRASIL. Repsol materializó a finales del pasado año un acuerdo con la empresa china Sinopec para desarrollar conjuntamente los proyectos de exploración y producción que posee en las cuencas de Santos, Campos y Espírito Santo (Brasil), donde participa en 14 bloques, de los cuales opera siete. En las últimas semanas, el consorcio Repsol Sinopec Brasil anunció descubrimientos de importantes reservas en varios pozos en la costa de Vitoria y Sao Paulo a profundidades entre dos y cinco kilómetros. Estos hallazgos se añaden a otros mega yacimientos que Repsol ya contabilizó en los pasados años y que le posicionaron en una de las empresas líderes en descubrimientos en aguas profundas. Pero entre la detección de reservas ubicadas a kilómetros bajo la superficie y su posterior extracción, existen riesgos e impedimentos tecnológicos que –sirva eldesastre del golfo de México de 2010 como precedente– conviene no subestimar.
COLOMBIA. En aguas colombianas, Repsol se propone realizar exploraciones y explotaciones petroleras en los Cayos delNorte, parte del archipiélago de San Andrés, Providencia y Santa Catalina. El proyecto ha levantado la oposición del pueblo indígena raizal y de organizaciones ambientalistas en defensa de los sistemas coralinosdel conocidoMar de los Siete Colores.
BOLIVIA. Repsol se asoció a YPFB para formar la empresa Petro- Andina SAM y conseguir nuevas áreas de exploración en la Amazonía boliviana. Más al sur, en el Chaco, la compañía sigue perforando pozos exitosos en el interior de territorios indígenas. En el Bloque Caipipendi, de 123.000 hectáreas que se superponen a los territorios comunitarios de Orígen Itika Guasu, Tentayapi, y al Parque Nacional Aguaragüe, ya se han puesto en marcha cinco pozos a profundidades de hasta 6.000metros.
En 2010 Cristina Fernández y Evo Morales inauguraron un nuevo gasoducto de 40 km para unir este bloque con la red de gasoductos argentinos y asegurar mayores flujos de exportación hacia el mercado argentino, deficitario de este combustible –a pesar de que este país permite a las empresas exportar el gas a Chile y otros países. En octubre, Repsol anunció la inversión, junto a su socia Pan American Energy, de 1.400 millones de dólares para seguir perforando nuevos pozos con el horizonte de aumentar la producción de tres a 14 millones de metros cúbicos diarios de gas en los próximos tres años. Con este repunte productivo “se garantizarán los contratos de exportación a Argentina y por supuesto satisfacer el mercado interno”, que todavía es mínimo ya que no cuenta con una red de suministro domiciliario. Amenazada por el bloque Caipipendi, la comunidad guaraní de Tentayape, declarada como Patrimonio Histórico Cultural de los guaraníes en 2006, ha defendido una posición de rechazo a cualquier entrada de la compañía en su territorio. La empresa acorrala su territorio implantando cada vez más infraestructuras.
PERÚ. Repsol opera en varios lotes en la Amazonía del Perú. Al norte, en el controvertido Lote 39, se discute la existencia o invención de pueblos en aislamiento voluntario. Mientras las organizaciones indígenas piden la creación de una reserva territorial que los proteja, Repsol niega su existencia. Mientras tanto, la francesa Perenco ha obtenido la licencia para la construcción de un oleoducto en el vecino Lote 67, también en territorios de posible presencia de pueblos aislados. Al sur del país, Repsol es socia del consorcio Camisea, que opera al interior de la reserva Nahua Kugakapori Nantis. Aparte, el descubrimiento de enormes bolsas de gas en el vecino Lote 57 ha empujado a Repsol a iniciar un ambicioso proyecto de industrialización de la selva. Para este año, peinará sus bosques con un proyecto de sísmica 3D que afectará a 2.360 km de la Reserva Comunitaria Machiguenga, así como a su área de amortiguamiento y la del Parque Nacional Otuqui. También proyecta la construcción de 22 pozos más, que se añadirán al ya perforado Kinteroni I y una conexión de gasoductos.
Repsol obtuvo un beneficio neto de 1.901 millones de euros en los nueve primeros meses de 2011, un 6,4% superior al año anterior. Buenas noticias para la bolsa, malas para los pueblos que cobijan el filón hidrocarburífero.

Fuente: Diagonal, http://www.diagonalperiodico.net/Los-mercados-cautivos-de-Repsol.html

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