miércoles, 28 de agosto de 2013

La policía de Ecuador bloquea una marcha en defensa del Yasuní

Fuente: El País, http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/28/actualidad/1377670790_710105.html


Imagen de la protesta en defensa de Yasuní. / JOSÉ JÁCOME (EFE)

Los defensores de la reserva de Yasuní, que este martes marcharon desde el norte hasta el centro de Quito, no pudieron llegar a la plaza donde está el Palacio de Gobierno. Todos los accesos fueron bloqueados por miembros de la Fuerza Pública, que formaron hileras para contener a los manifestantes. Los congregados protestaban contra la decisión del Ejecutivo de Rafael Correa, anunciada este mes, de abrir esa joya medioambiental a la explotación petrolera.
Durante más de dos horas, la multitud trató inútilmente de derribar estas barricadas humanas. “Esto es espacio público”, alegaban y exigían los mismos derechos que los partidarios de Correa, que sí entraron a la plaza y gozaron de esa exclusividad. Desde lejos se los veía agitar las banderas verdes del partido del Gobierno.
En esta lucha por la toma de la plaza, los primeros incidentes se registraron cuando los antidisturbios hicieron retroceder al millar de manifestantes que presionaban para entrar. Los empujaron con sus escudos y porras hasta una plaza aledaña a la sede de Gobierno, la Plaza de San Francisco, donde habitualmente terminan las marchas de los opositores.
En la operación también hubo balas de goma que impactaron en los cuerpos de los manifestantes. Hubo una decena de personas heridas, una de ellas recibió en su ojo derecho. Esto hizo enardecer más a los jóvenes, quienes arremetieron con todo lo que tuvieron a la mano: palos, piedras, basura...
Estos jóvenes, algunos miembros de frentes marxistas y de liberación, fueron la sangre nueva de la marcha y se mostraron más militantes que los indígenas. Vestían de negro y se permitieron hasta lanzar pintura sobre los escudos policiales.
En las calles por donde pasaron con sus arengas no faltó el comentario anónimo de: “dejen gobernar al presidente” y algún otro que argumentaba que “el país necesita salud y educación”. Pero los jóvenes activistas tenían respuestas para todo y enseguida gritaron: “No queremos nada de cruda y negra procedencia”.
Los autodenominados marxistas aprovecharon la marcha para difundir su mensaje: “Nuestra lucha no debe ser solo en contra de la explotación del Yasuní, sino contra el extractivismo y el capitalismo”, rezaba un volante que repartieron.
Los indígenas que encabezaron la marcha y desplegaron una whipala gigante (la bandera de siete colores que usan algunas nacionalidades indígenas de los Andes), fueron más cautos. Humberto Cholango, presidente de la Confederación de Nacionalidades Indígenas de Ecuador (Conaie) dijo que el objetivo de la marcha era que se convocara una consulta popular.
Solo a Carlos Pérez, presidente de la Conferación Kichwa del Ecuador (Ecuarunari), trató de hablar con uno de los oficiales a cargo para traspasar el cerco policial, pero se retiró cuando le denegaron el acceso.
Al final de la noche el grupo se dispersó y fue cuando se reportaron los primeros detenidos. El líder de la Ecuarunari informó que al menos cuatro personas fueron detenidas, entre ellos, Marco Guatemal, vicepresidente de la Conaie.
El presidente Rafael Correa se mantuvo ajeno a estos incidentes, porque escogió este día para viajar a Guayaquil e inaugurar un complejo judicial. Al mediodía aprovechó los micrófonos para decir que sí sabía de la marcha, pero vaticinó que no sería numerosa. En concordancia con esto, los medios públicos en los avances de la noticia de esta tarde ya titularon: “Marcha de movimientos indígenas no tuvo acogida.
Quito había ofrecido mantener la reserva intacta a cambio de 3.600 millones de euros de la comunidad internacional pero hasta la fecha solo había recibido 13.

viernes, 23 de agosto de 2013

Sobre las protestas por el Yasuní: La tarde en la que se ganó la plaza

Fuente: Geografía Crítica Ecuador, http://geografiacriticaecuador.wordpress.com/2013/08/23/la-tarde-en-la-que-se-gano-la-plaza/

El espacio urbano se ha construido a lo largo de la historia bajo una dialéctica entre el poder y la resistencia al poder ejercido. La ciudad como centro político ha desarrollado el espacio público como un lugar de disciplinamiento, y el lugar donde el poder se expresa y se ejercita, tal y como conceptualiza Michel Foucault y describe el profesor chileno Rodrigo Salcedo: La lucha por el espacio urbano. Pero también es el espacio en el que se ejerce la resistencia al poder, ya que el poder nunca puede ejercerse de forma total, como sostendría Gramsci, y los espacios de poder serán discutidos por las clases subalternas. El caso arquetípico se alcanzaría durante el capitalismo, en el que la plaza pública sería al mismo tiempo el lugar de expresión de la burguesía y el escenario de las grandes marchas obreras.
En el caso quiteño, durante la colonización española, el lugar en el que hoy se ubica la Plaza Grande, pasó de ser el lugar donde se asentaban las residencias de los generales de Atahualpa y numerosas huacas (monumentos sagrados) a convertirse en el lugar de expresión del poder colonial, religioso y político. Tras la independencia, albergaría los símbolos de los próceres de la nueva nación. Las marchas indígenas de los años 90 y la caída de tres presidentes bajo la furia popular ante la imposición de medidas neoliberales, modificaron ostensiblemente el significado de la Plaza Grande, como un espacio inmanejable para el poder ante las revueltas populares que buscaban derrocarlo.
Por ello, bajo el actual mandato de Rafael Correa se ha dado un significado muy importante a la Plaza Grande como espacio de defensa del poder. A la constitución de un grupo de partidarios del gobierno que aparecen en la plaza en el momento que se da alguna protesta, se suman las convocatorias explícitas de contramarchas que convoca el gobierno, como pudo apreciarse en la marcha indígena en defensa del agua de 2012 o las actuales concentraciones en contra de la explotación y consecuente destrucción del Yasuní.
El pasado jueves 15 de agosto se producía el anuncio de la explotación del bloque ITT, protagonista de la Iniciativa Yasuní, lo que reunió en la Plaza Grande a partidarios del Yasuní y partidarios del gobierno. Miraremos la lucha por el espacio bajo tres variables: la ocupación del suelo, la visibilidad y el sonido. En esta primera cita, la policía estableció un fuerte cordón en el medio de la plaza, lo que ubicaba en la mitad izquierda a los partidarios del Yasuní y a la derecha a los partidarios del gobierno. Respecto a la visibilidad, las numerosísimas banderas verdes de Alianza País (el partido que dirige Rafael Correa) podían apreciarse en la mitad derecha de la plaza, y también en el extremo cercano a la Catedral, por lo que desde fuera, daba la sensación de que todo aquello era únicamente una muestra de adhesión a la decisión presidencial. Sin embargo, el sonido lo coparon los manifestantes proYasuní, que con música y con gritos de “asesinos, asesinos” dejaron perplejos a los asambleístas y autoridades que salían de palacio después del anuncio presidencial. Este artículo de Roberto Aguilar lo describe de forma magistral.
La Plaza Grande el 15 de Agosto
En la semana siguiente se convocó una velada por el Yasuní para el 22 de agosto. El cordón policial en esta ocasión se colocó de forma que los partidarios del gobierno se ubicaron de forma central en la plaza, en el lugar con mayor relevancia, de nuevo con numerosas banderas verdes. El elemento visual de las banderas, quedó en esta ocasión opacado por la presencia de las velas que fueron utilizadas para la velada por el Yasuní y por la menor presencia de partidarios de Alianza País. En el extremo derecho de la plaza, desde el poder se ubicó una tarima en la que hubo conciertos y cuando éstos acabaron se dio paso a canciones compuestas para el presidente, todo ello a un ensordecedor volumen. Fue la forma de contrarrestar desde el poder las voces de resistencia que la anterior semana resonaron en la plaza. Sin embargo, la presencia de partidarios del gobierno era tan escasa, que había un enorme vacío en torno a la tarima musical. Este espacio se trató de ocupar por los partidarios del Yasuní, que fueron “zapateando” con música hasta el centro de la plaza, lugar en el que fueron detenidos por un nuevo cordón policial. La estrategia de los manifestantes que siguió a este movimiento fue tratar de tomarse el espacio de la tarima dando la vuelta al palacio, que también fue detenida por un cordón policial en la calle Chile, momento en el que la policía cargó contra los manifestantes de forma desproporcionada, llevándose a un detenido que fue recuperado por los manifestantes. En ese momento, la policía escoltó a los partidarios del gobierno a lo largo de la plaza hasta la calle Venezuela, con lo que los manifestantes quedaron en el cuarto izquierda de la plaza, rodeados de policía.
Desarrollo de la disputa territorial el 22 de agosto
Esta última imagen resume la jornada: los manifestantes proYasuní gritando consignas rodeados por la policía en medio de un ruido ensordecedor por la canción “mi presidente”, con el resto de la plaza vacía. Simboliza tres cuestiones: en primer lugar, la medida de explotar el petróleo del Yasuní-ITT es la más impopular que ha ejecutado Rafael Correa en sus años de gobierno, y ello implicado que la Plaza Grande se haya vaciado de partidarios del gobierno. Por otro lado, el poder va a utilizar todas las herramientas a su alcance para defender la plaza como espacio de poder, por groseras que parezcan, como el caso de la música a elevadísimo volumen, o la utilización violenta de la policía: en el futuro serán nuevas formas de disciplinamiento del espacio. Y por último, pese a la enorme hegemonía con la que cuenta el gobierno, no está exenta de ser contestada por parte de los movimientos sociales y la resistencia popular ante medidas tan lesivas para la nación ecuatoriana como la explotación del Yasuní. En la tarde de ayer la plaza volvió a ser un espacio de la resistencia, y por tanto, un espacio para la esperanza.
Plaza Grande, final del 22 de agosto

martes, 20 de agosto de 2013

Movilizaciones contra la extracción de petróleo en la mayor reserva de biodiversidad del mundo

Fuente: Público.es, http://www.publico.es/463250/movilizaciones-contra-la-extraccion-de-petroleo-en-la-mayor-reserva-de-biodiversidad-del-mundo

FACEBOOK: No Toquen El Yasuni

FACEBOOK: No Toquen El Yasuni

El Yasuní ITT, la mayor reserva de biodiversidad del mundo, está en peligro. El gobierno de Ecuador ha anunciado que explotará su mayor yacimiento petrolero ubicado en esta área de 9820 kilómetros cuadrados y alberga a varias especies de flora y fauna en peligro de extinción. Se han registrado unas 567 especies de aves, 150 especies de anfibios y otras 121 de reptiles, entre otros, y ha sido declarada por la UNESCO Reserva de la Biosfera.
El área de Yasuní, ubicado en la provincia ecuatoriana de Orellana, fue declarado área protegidael 26 de julio 1979 y es la zona en la que habita la comunidad indígena huaorani o waorani que cuenta con una población aborigen de más de 2.000 personas en aislamiento voluntario.
Diversos sectores han pedido al Gobierno someter a consulta popular esta iniciativa Tras no haber conseguido respuesta de "las naciones ricas" que aporten un fondo económico para evitar el desarrollo de laexploración petrolífera, el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, informó el pasado jueves que la extracción "con adecuadas técnicas" se llevará a cabo.
El país socio más pequeño de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP) presentó en el año 2007 una propuesta inédita a la comunidad internacional que pretendía proteger su reserva en la Amazonia a través de la recaudación de fondos. Sin embargo, la idea tuvo poca acogida ya que únicamente lograron reunir un 0,37 por ciento de los esperado por lo que decidieron comenzar con la explotación del Ishpingo-Tambococha-Tiputini (ITT).
 Después de que Correa informara de que su propuesta para reunir fondos había fracasado y que, por tanto, la actividad en los campos petroleros ITT seguiría adelante, diversos sectores han planteado a la posibilidad de someter a consulta popular esta iniciativa del Gobierno de Ecuador. Incluso la comunidadhuaorani ha pedido este plebiscito para poder decidir si los ecuatorianos quieren o no la explotación del crudo.
Las explotaciones de petróleo en Yasuní suponen un gran impacto en los indígenas de la zonaya que la entrada de empresas petroleras han obligado a cambiar sus costumbres ancestrales. Como recoge el portal ecuatoriano Ecuavisa,  entre 10 y 15 personas de una misma familia que vivían en chozas de armazón de madera con techo de hojas de palmera tuvieron que cambiarlas por casas de madera y cemento, luz eléctrica y electrodomésticos, aunque siguen sin tener agua potable. Incluso ahora para moverse por el río utilizan canoas a motor.
Los indígenas temen que el impacto sea aún mayor de lo que dice el Gobierno
Pese a que se acostumbraron al ruido de la explotación actual, con estas nuevas extracciones temen que el impacto sea aún mayor de lo que el Gobierno dice. En este sentido, Rafael Correa hacía una "promesa" a través de su cuenta de Twitterque rezaba que la actividad "solo afectará a un UNO POR MIL" -no 1% como había dicho anteriormente- del Yasuní.
Por otro lado, el portavoz presidencial del Gobierno, Fernando Alvarado, publicaba también a través de su perfil en la red social lo siguiente: "6 años de gobierno, tomando las mejores decisiones para combatir la pobreza y trabajando por los más olvidados, ¿a alguien le queda duda de que sobre el tema Yasuní ITT el Presidente de todos los ecuatorianos no tomará la mejor decisión para su pueblo? Seguro hablan con la pancita llena, buenos vehículos y más los que quieren solamente que no se toque el Yasuní ¡Si se puede intervenir con responsabilidad ambiental!"

El ITT, declarada "zona intangible", alberga unos 920 millones de barriles de crudo, equivalentes al 20 por ciento del total de reservas comprobadas del país, según Correa. El campo Tiputini, cuyo 80 por ciento de su área se encuentra fuera del parque, comenzará a explotarse en los próximos días por la petrolera estatal Petroamazonas al haber conseguido los permisos ambientales.
Resulta paradójico que Rafael Correa exponga como motivos de la explotación la necesidad de aumentar sus reservas para obtener recursos que atiendan a los sectores más desfavorecidos, cuando éstos se encuentran en las zonas aledañas a la extracción.
El campo Tiputini comenzará a explotarse en los próximos días al haber conseguido los permisos ambientales
La campaña "Amazonia por la vida", fundada con la participación de diversas organizaciones ambientalistas en 1989, enviaba el pasado jueves una carta a los asambleístas de Ecuador. En dicho documento, la organización expresa su disconformidad con la decisión del presidente ecuatoriano. Explotar el Yasuní significa "renunciar a la que ha sido considerada como la gestión más importante del gobierno", si la iniciativa no recibió el dinero esperado "es por exclusiva responsabilidad de la propia acción gubernamental", recoge la carta.
Amazonia por la vida también piden la convocatoria de una consulta popular y que los ecuatorianos no se conformen con las "clásicas falacias" de la industria petrolera. Estas "falacias" son, para la organización, aquellas que dicen que "se explotará de manera responsable", "se utilizará tecnología punta" y "se hará extracción con perforaciones horizontales".
Asimismo, las redes sociales se han volcado con el Yasuní, creando perfiles en Facebook -No toquen el Yasuní - y en Twitter -@NotoquenYasuni_ - en contra de la extracción de crudo en el parque. Tras conocer las declaraciones de Rafael Correa, surgieron hashtags como #Yasuni#ElMundoNosHaFallado o #NoToquenElYasuni.

lunes, 19 de agosto de 2013

Yasuní y el despertar del sueño de "dejar el petróleo bajo tierra"

Fuente: Rebelión, http://www.rebelion.org/noticia.php?id=172653

El Parque Yasuní en la amazonía ecuatoriana es uno de los lugares más biodiversos del mundo. El presidente ecuatoriano Rafael Correa acaba de decidir la explotación petrolera en el último de sus rincones. La cruda realidad es que ha dado un paso más hacia la destrucción de la Amazonía, proceso ya en marcha desde todos los frentes. 
De hecho, dentro del Yasuní se encuentran tres bloques petroleros, el Bloque 16, el Bloque 31 y el conocido como Bloque ITT (por Ishpingo, Tambococha y Tiputini). En este último se localiza la conocida como Iniciativa Yasuni. 
La Iniciativa Yasuni al tacho
En 2008 el presidente ecuatoriano Rafael Correa lanzó al mundo durante una asamblea de la ONU la propuesta de dejar el petróleo del Bloque ITT bajo tierra para evitar tanto la destrucción de esta parte de la selva, como la contaminación y la emisión de 407 millones de toneladas de CO2 a la atmósfera. 
Desde 2010, la producción de petróleo del país es de 500.000 barriles diarios. Ya que el petróleo es la segunda fuente de ingresos del estado, Ecuador pedía al mundo, a cambio de dejar el petróleo bajo tierra y dejar así este área 'intocada', una compensación de 3.600 millones de dólares que cualquier gobierno, institución o persona podía ayudar a reunir. Se daba para ello un período de 12 años. Este dinero compensaría al estado ecuatoriano por la pérdida que supondría dejar de explotar el petróleo existente bajo parte del Parque Nacional Yasuní -un 10% de su superficie total del parque. 

La Iniciativa Yasuní fue vista como única en el mundo, vanguardista, visionaria, innovadora. Aunque se queda corta en la medida de que los otros dos bloques dentro del Parque Nacional ya están siendo explotados. De hecho, ambientalistas ecuatorianos han sido incansables en denunciar que “todo el Yasuni está destruido y el ITT es sólo una esquina del mismo”. 

Y a pesar de todo, el presidente Correa salió ayer a decir que "el mundo nos ha fallado", argumento esgrimido para dar el paso definitivo hacia la destrucción de lo poco del Yasuní que quedaba a salvo. La Constitución prohíbe la extracción de petróleo en áreas protegidas, pero -cosas de la política- en casos de 'interés nacional' el presidente lo puede llegar a autorizar. Y la Asamblea Nacional (parlamento ecuatoriano) cuenta con mayoría oficialista. Así pues el presidente Correa puede cruzar la frágil línea que separa el Yasuní de su destrucción total. 

Aunque Correa ha recorrido el mundo publicitando su vertiente ecológica y ha usado el nombre del Yasuni hasta la saciedad -a pesar de que la iniciativa se limitaba a una pequeña porción de un 10% del parque-, quienes le observan de cerca dicen que a él nunca le ha gustado la iniciativa. Originalmente surgió como una propuesta netamente ecologista y fue posteriormente adoptada por el gobierno de Correa cuando este asumió por primera vez la presidencia. 
Y de hecho, es un secreto a voces que los preparativos para comenzar con la explotación petrolera se vienen avanzando desde hace meses. 
Pedir dinero por millones para no explotar el Yasuni, porque así se preservaría su riqueza, y ahora decir que es posible explotarlo sin dañarlo encierra una contradicción -y una desfachatez- inmensas.
Por un lado, la explotación petrolera en la selva es algo enormemente destructivo y peligroso tanto para la naturaleza como para las comunidades humanas que habitan el área. Y por el otro, tampoco es de recibo culpar a otros países de la destrucción. Que estos países ya destruyeran lo suyo, y que hayan basado su crecimiento y riqueza en buena parte la destrucción de su naturaleza -como repite el presidente ecuatoriano- y en la explotación de otros países no significa que el modelo sea exportable. 

Si Correa quisiera proteger este área tendría que continuar trabajando incansablemente en este sentido. Pero en lugar de apostar por otro modo de desarrollo, su gobierno apuesta por la nacionalización de los recursos naturales y su extracción según la misma lógica. A pesar de su supuesta condición progresista y de izquierdas, la realidad es que el modelo de desarrollo económico por el que ha apostado el gobierno del presidente Correa es asombrosamente coincidente en algunos aspectos con las políticas neoliberales. Aunque es para financiar programas y subsidios sociales, el gobierno ha apostado fuertemente por el extractivismo no sólo petrolero, sino también minero, así como por la expansión de otras actividades como el agronegocio. La única diferencia es que prevé que los beneficios no aterricen en manos de transnacionales, sino del propio Estado. Pero sin contar con los mismos medios que las transnacionales, pues el estado ecuatoriano no cuenta con todas las infraestructuras y maquinarias necesarias para llevar a cabo estas actividades sin echar mano de empresas privadas y muchas veces extranjeras. Una situación difícil y controvertida. 

Continuos intentos de acallar a la opinión pública, silenciar a los medios y criminalizar la protesta social, son cada vez más patentes. Más de 200 líderes sociales, campesinos e indígenas están sumergidos en procesos judiciales por haber elevado su voz en contra del modelo. Con un discurso prepotente y caprichoso, que fascina a unos y espanta a otros, el presidente repite hasta el aburrimiento los mismos argumentos. Que él es el más ecologista, y todos los demás son 'ecologistas infantiles'. O fundamentalistas, así llama el presidente a quienes se preocupan por la naturaleza y la defienden en su país y fuera de sus fronteras. Que cuenta con “la constitución más verde de la historia de la naturaleza, (que) le da derechos a la naturaleza” [1]. Que apuesta por “la matriz eléctrica más eficiente y limpia del planeta” y que está trabajando en “energía renovable y limpia, millones de toneladas de CO2 que no van a enviarse a la atmósfera”. Pero la extracción de petróleo en la selva, crudo pesado y contaminante en el corazón de la Amazonía es una realidad en el Ecuador, que se ha convertido en una pesadilla salpicada de derrames petroleros y contaminación. Y la nueva decisión del presidente nos despierta del único sueño que quedaba. 

Por eso esto es lo que en la urgencia le pediría al presidente Correa que:
-Deje el petróleo bajo tierra.
-Cancele definitivamente la actual Ronda de concesiones petroleras.
-Respete la voluntad y los derechos de la población indígena y local.
-Respete los derechos de la naturaleza incluidos en la Constitución ecuatoriana. 

Las cifras
-3.600 millones de US$ esperaba recaudar (la mitad del valor de las ganancias que dejaba de ingresar el estado). 
-336,6 millones alcanzó a reunir entre dinero comprometido y recaudado [2]
-Se estiman entre 846 y 920 millones de barriles de crudo en el Bloque ITT, un 20% aproximado de los depósitos de petróleo del país y equivalente a tan sólo la cantidad de petróleo que se extrae en el mundo en 9 días. 
Notas
[2] http://www.elcomercio.com/negocios/Yasuni-ITT-explotacion-petroleo-Rafael_Correa_0_974902696.html 

Guadalupe Rodríguez, Salva la Selva.

domingo, 18 de agosto de 2013

Ecuador abre la reserva de Yasuní a las petroleras ante la falta de apoyo

Fuente: El País, http://sociedad.elpais.com/sociedad/2013/08/16/actualidad/1376649554_989809.html

Las petroleras podrán entrar en el Parque de Yasuní, una joya medioambiental del Ecuador amazónico que fue declarada reserva mundial de la biosfera por la ONU en 2008. La decisión, tomada por elpresidente del país, Rafael Correa, se ha adoptado ante la falta de apoyo de la comunidad internacional. El Plan del Buen Vivir o Sumak Kawsay, en lengua kichwa, que el presidente de Ecuador cita en cada discurso, incluía el compromiso de respetar el medioambiente y no tocar las reservas de crudo que hay en los campos petroleros del Yasuní. A cambio, Ecuador pedía un fondo internacional de 2.700 millones para compensar la pérdida de ingresos y gratificar el papel de sumidero de CO2 del parque nacional.
La propuesta del mandatario ecuatoriano para evitar la explotación de los campos de Ishpingo, Tambococha y Tiputini (ITT) ha resultado un fracaso: en lugar de los 3.600 millones de dólares que pedía (2.700 millones de euros, el equivalente al 50% de lo que el Estado percibiría si extraía los casi mil millones de barriles que se calcula que hay en el parque), hasta la fecha solo se han reunido 13,3 millones de dólares (poco más de 10 millones de euros). Dos de esos millones están en el país y 11,3 en el Fideicomiso Internacional administrado por el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo. España es uno de los donantes, y ahora podría recuperar su aportación. “El factor fundamental del fracaso (del proyecto) es que el mundo es una gran hipocresía”, dijo Correa.
Con ello corren peligro todos los objetivos del plan. Dejar el petróleo bajo tierra significaba no emitir más de 400 millones de toneladas de CO2 (similar a las emisiones de España en un año), según una publicación de 2011 de académicos ecuatorianos. A ello hay que sumar el peligro para la biodiversidad existente (100.000 especies de insectos, 150 de anfibios, 121 de reptiles, 598 de aves y unas 200 de mamíferos, aparte de unas 3.000 de flora) y la salvaguarda de los derechos de los pueblos indígenas que habitan en la zona, principalmente los waorani, que tienen dos clanes (los tagaeri y los taromenane) que se internaron voluntariamente en la selva virgen a inicios de los setenta, justo cuando arrancaba la exploración y futura explotación petrolera en el Ecuador.
Manifestantes protestan al frente del Palacio de Gobierno en Quito (Ecuador) / JOSÉ JÁCOME (EFE)
Correa usó este jueves el Plan del Buen Vivir para justificar la explotación, pues el país necesita inversiones superiores a los 70.000 millones de dólares (52.900 millones de euros) para erradicar la pobreza y extender el bienestar a las comunidades menos favorecidas. Por eso volvió a citar en su discurso una de sus frases predilectas: “No me gusta la minería, no me gusta el petróleo, pero mucho menos me gusta la pobreza y la miseria”.
El presidente no convenció a sus conciudadanos, sobre todo porque hay un 92,7% de la población que apoya la iniciativa de mantener el petróleo bajo tierra, según una encuesta realizada en junio del 2013. Los síntomas de rechazo se hicieron palpables la misma noche del jueves, cuando centenares de jóvenes se autoconvocaron en la sede del Gobierno en Quito para expresar su desacuerdo.
Las organizaciones sociales e indígenas también han hecho público su malestar y este viernes comunicaron que pedirán una consulta popular para que los ciudadanos expresen su rechazo. “Si hay un tema en el que Ecuador nos ha puesto de acuerdo es el Yasuní”, dijo Esperanza Martínez, de Acción Ecológica, quien además cuenta que la iniciativa de no extraer el crudo nació de la sociedad civil.
El exasesor de Correa Decio Machado señala lo paradógico que resulta que ahora haya que convencer a la opinión pública de las bondades de la explotación. “Hemos estado durante meses vendiendo la idea de la no explotación a los países y ahora hay que convencer a los ecuatorianos de que la explotación es buena”, dice. La campaña de propaganda del Yasuní ITT, solo en el 2011, tuvo un gasto de tres millones de dólares, según el diario El Comercio.

jueves, 15 de agosto de 2013

Correa anuncia que se explotará el Yasuní en Ecuador

En la tarde de hoy jueves 15 de agosto, el presidente de Ecuador, Rafael Correa, anunció la supresión de la iniciativa Yasuní-ITT a través de decreto presidencial. La misma proponía dejar bajo suelo la mayor reserva ecuatoriana compuesta por crudo pesado a cambio de la corresponsabilidad internacional, en la que se aportarían la mitad de las regalías que generará la exploración y extracción del petróleo.

Al momento del anuncio del decreto de Rafael Correa desde el Palacio de Carondelet en Quito, centenares de personas protestaban por la anulación de la iniciativa Yasuní-ITT, con consignas como "fluye el petróleo, sangra la selva", o "ahí están, esos son, los que venden la nación" (refiriéndose al palacio presidencial).

Petroamazonas, la compañía estatal, será la responsable de ejecutar la extracción del crudo, que comenzará por la reserva de Tiputini, río que forma parte del Parque Nacional Yasuní. Este decreto del ejecutivo ecuatoriano se suma a la decimoprimera ronda petrolera, que está licitando la mitad sur de la amazonía ecuatoriana.

Ecuador es un país con un largo historial por explotación petrolera, que incluye las operaciones de la empresa Chevron-Texaco, condenada en un juicio ejemplar por su contaminación del ambiente y la afectación a la salud de las personas. Al igual que en este caso, la explotación del Yasuní-ITT se producirá en territorio amazónico e indígena, en un ecosistema enormemente frágil, en el que viven grupos indígenas en aislamiento voluntario, protegidos por la Constitución del Ecuador y por la legislación internacional.

El presidente Correa se fundamenta en la necesidad de desarrollo de Ecuador. Sin embargo, las provincias en las que hasta ahora se extrae el petróleo ostenta los peores índices de pobreza del país, y ha quedado demostrado en investigaciones científicas y casos judiciales, que la explotación petrolera en la amazonía genera el envenenamiento de las aguas, lo que afecta a la salud de las personas, y la economía agraria y cazadora/recolectora de las comunidades indígenas y campesinas que habitan el oriente ecuatoriano.