miércoles, 17 de octubre de 2012

Un grupo ecologista aprovechó la presencia de los Príncipes para protestar contra Repsol

Fuente: ABC,

Los Príncipes de Asturias han terminado en Quito con un baño de multitudes la visita oficial que empezaron el pasado martes a Panamá y Ecuador, donde han promocionado la Marca España y han apoyado a las empresas españolas que, en estos momentos de crisis, buscan oportunidades en el exterior. Entre éstas, la empresa Metro de Madrid que aspira a la construcción del Metro de Quito, cuyo contrato de 1.400 millones de dólares está a punto de adjudicarse.

Después de clausurar un encuentro empresarial, los Príncipes de Asturias se trasladaron a la espectacular Iglesia de la Compañía de Jesús, situada en el centro histórico de Quito, donde han recibido el nombramiento de huéspedes ilustres y las llaves de la ciudad. «Nos emociona recibirlas en un lugar tan bello y emblemático», afirmó Don Felipe cuando agradeció estas deferencias. En este precioso templo, herencia de la presencia española en América pero enriquecida con elementos indígenas, se interpretaron los himnos de Ecuador y España (este último en una versión bastante más larga de la reglamentaria).
Desde allí, los Príncipes se dirigieron al Palacio de Carondelet, donde les esperaba el presidente de Ecuador, Rafael Correa. A las puertas del edificio, en la Plaza Grande, también les aguardaban cientos de personas que querían verles o saludarles y que colapsaron los accesos, por lo que los servicios de seguridad tuvieron que abrir un pasillo entre la multitud para que pudieran llegar al Palacio.

La mayoría de los asistentes estaban entusiasmados con la presencia de Don Felipe y Doña Letizia y algunos portaban banderas españolas, pero la visita también fue aprovechada por un grupo ecologista que protestaba contra la presencia de la empresa española Repsol en la reserva natural de Yasuní: «Repsol mata», coreaban. Curiosamente, los manifestantes guardaron silencio mientras se interpretó el himno de Ecuador y, después, reanudaron sus gritos. Aún así, los Príncipes se asomaron al balcón y saludaron al variopinto público.

De camino al Palacio, el Príncipe ordenó a la policía que soltara a un niño indígena, que trataba de entregarle una carta y al que los agentes se lo impidieron. En el papel, que finalmente se lo entregó en mano, el pequeño pedía a España que tratara bien a los inmigrantes. Mientras, la Princesa se hacía una foto con una periodista indígena, Silvia Vázquez, de «El Telégrafo».
Tras el almuerzo con el presidente de Ecuador, los Príncipes emprenderán regreso a Madrid, donde está previsto que aterricen a las doce del mediodía del sábado.

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